30.1.09

La verdad sobre los blogs - El fin de este blog

Pensamiento radical: los blogs son una estúpidez a no ser que tengas algo muy bueno que decir. Osea, si no tienes algo importante para decir... ¡Joder! ¡No te hagas un blog!

Eso pensé, y mi pensamiento se me devolvió como un boomerang y me golpeó directo en la cabeza. Si pesco una libreta y escribo, soy más sincero que en esta lesera. Me puse a leer toda lo que he escrito aquí, y francamente me dio vergüenza; y no esa clase de vergüenza que la da a uno cuando tus amigos descubren que todavía duermes con un osito de peluche, sino que esa vergüenza que se siente cuando has hecho algo realmente malo y tus actos te encuentran y te condenan. Patético, falsamente sentido, una sucia máscara. Francamente los blogs que tienen como protagonista al que escribe me apestan; blogs llenos de pensamientos, de frases bonitas, de análisis de la vida, de historias aburridas. Y el mío es uno de ellos, sólo que yo lo hago parecer más literario, lo disfrazo, lo maquillo.

¿Dónde está el conflicto? ¿Dónde está la emoción?

Un blog ni siquiera puede usarse para ver la forma en que una persona ve la vida. Los diarios de vida no entregan un panorama claro de como las personas ven la vida, porque quien lo escribe inevitablemente se imagina que alguien lo leerá algún día quizá cuando ella muera; en palabras de García Quintana siempre existe un afán de trascendencia. Y si con los diarios privados es así, ¿Qué podemos esperar de una bitácora publicada en Internet donde el que escribe sabe que todo el mundo la podrá leer? ¿Podemos esperar que una persona nos despliegue en un blog sus más sinceros pensamientos sin que estén trastocados por la necesidad de ser rentables e interesantes? Y lo más importante, a ti personalmente, ¿Te interesa lo que cualquier fulano piensa de las cosas? Porque hoy en día cualquiera se hace un blog y escribe pelotudeces; a mi me interesa lo que tiene que decir alguien que admiro o que sé que opina sobre asuntos interesantes de forma ingeniosa e inteligente, no lo que opina alguien por ahí simplemente. Por eso están las encuestas: las encuestas miden lo que opinan las gentes sobre un tema objetivo mediante una preguntra objetiva; pero son solamente los más craneados y los que tienen algo inteligente para decir los que publican sus columnas en los diarios que la gente lee, y logran influenciar a otros con su punto de vista.

Se acabó, como no tengo nada más trascendental que decir que a ustedes (sí es que alguien lee) les pueda interesar, me retiro y me despido después de casi tres meses de no escribir y dedicarme a madurar esta idea. Muchas gracias a todos los que me leyeron alguna vez, a los que dejaron mensajes, a los que se molestaron con lo que escribí, a los que confiaron en mi y me pidieron que revisara sus escritos, a los que me dijeron que me faltaba mucho por aprender, a los que me felicitaron y a los que me dieron tema. Un agradecimiento especial para el escritor Saúl Schkolnik que me inspiró con un simple saludo a escribir, y a la escritora Alicia Morel por sus libros que han sido los únicos que me han hecho soñar, y que no la defraudaré con lo que me dijo de ser primero rico en espíritu. Y claro, por supuesto, el más grande y cariñoso abrazo para mi primer autor: Else Homelund Minarik.

El blog seguirá abierto por si alguien quiere dejar saludos o comentar algo viejo. Todo lo que comentan se me avisa por mail, así que aún sigo aquí... después de todo, algún día tendré algo que decir que valga la pena. Este cierre es temporal, pero un poco más prolongado de lo normal entre entrada y entrada. Adiós, fue un gusto y un honor que me leyeran. Este 2008 fue diferente gracias este blog. Chaooooooo. Ahora me dedico al cuento y a la novela.

David Rodríguez